Por Susana Ruiz
Daniel Balderston, Tulio Halperin Donghi, Francine Masiello, Marta Morello-Frosch, Beatriz Sarlo, David William Foster. Prólogo de Andrés Avellaneda.
Ficción y política. La narrativa argentina durante el proceso militar. Buenos Aires: Eudeba, 2014. 176 pp.
La Serie de los dos siglos que inicia Eudeba en 2011, dirigida por Sylvia Saítta y José Luis de Diego, se ha propuesto editar los textos de los estudiosos del proceso cultural de la nación bajo la consideración de que son constitutivos de ese proceso y contribuyen desde la palabra escrita a darle voz a la nación[i]. En esa línea, aparece en 2014 la primera edición de la serie: Ficción y política. La narrativa argentina durante el proceso militar, un conjunto de ensayos que exhiben el estado de la crítica literaria mientras lee las relaciones entre producción cultural, política y construcción de la memoria durante el proceso militar, en los inicios de la democracia en la República Argentina.
Ficción y política es el resultado de un simposio realizado en 1987 en una universidad extranjera que convocó tanto a críticos argentinos como a estadounidenses “argentinistas”. El objetivo de la editorial universitaria retoma una cuestión sobre la que se ha reflexionado en las últimas décadas y que encontró un espacio de discusión en las primeras Jornadas de Historia de la Crítica en la Argentina (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, 2009). En esta ocasión Juan Pablo Parchuc planteó que en el retorno democrático la crítica buscaba: “refundar la enseñanza de la literatura en la universidad como para saldar el desasosiego respecto del vínculo entre crítica y responsabilidad institucional”[ii]. La intervención de Parchuc recuerda que la crítica literaria tiene una función social inseparable de una política cultural. Esa reflexión resuena en el interés de Eudeba que en el prólogo hace referencia a “la incomunicación que se produce entre los intelectuales y los sectores populares como efecto inmediato de las prácticas represivas [a inicios de la dictadura]”[iii]. En este sentido el gesto editorial se apropia de textos que han circulado en el ambiente académico pero admiten -y necesitan- una reedición para los nuevos lectores.
¿Cuál es la actitud política que comparten los artículos? Se proponen como políticas de la memoria ya que todos coinciden en la resistencia que la cultura ejerció ante las condiciones sociales impuestas por el gobierno militar. En “Los parámetros de la narrativa argentina durante el 'Proceso de Reorganización Nacional'”, David William Foster afirma que “la mayor injusticia es creer que no hubo una cultura dentro de la Argentina entre 1976 y 1983”[iv]. A pesar de un mercado deteriorado, sin editoriales ni stocks en las librerías, y de un funcionamiento clandestino de los talleres literarios y críticos, al margen de la institucionalidad; la expresión de la resistencia debió forzosamente adaptarse. Centro y margen son dos categorías útiles para ordenar la producción discursiva de la dictadura y a partir de ello el arte y la cultura que la manifiestan: “el discurso autoritario fija los límites de la comunidad nacional y organiza el sistema de los excluidos”[v] aclara Beatriz Sarlo en “Política, ideología y figuración literaria”.
Los textos de Ficción y política reconocen que la producción masiva, popular e intelectual respectivamente funcionaron de manera crítica ante la realidad social, no sólo por el contenido de las expresiones públicas que desafiaba a la censura en algunos casos; sino también porque el modo de llevarla a cabo consistía en “transformar la oposición binaria de dominadores y oprimidos [lo que señala Sarlo], con el propósito de fragmentar cualquier discurso unificado que pueda apoyar al estado autoritario o aislar irremediablemente al otro”[vi].
La oposición cultural es diferente en cada espacio -gráfica, música y literatura- a pesar de los esfuerzos que tuvieron que llevar a cabo para evadir la censura oficial, sin dejar de constituirse como miradas críticas de lo que estaba pasando. Para Halperín Donghi la discursividad cultural combatía no sólo la imposición ideológica dictatorial sino también una construcción que se hacía de la historia nacional para articularla con el presente y justificar prácticas en nombre de esa tradición (en “El presente transforma el pasado: el impacto del reciente terror en la imagen de la historia argentina”).
Francine Masiello asegura, en “La Argentina durante el Proceso: las múltiples resistencias de la cultura”, que la “internalización de los modos del terror” -un tipo de autocensura- fue más notable en la literatura que en el desarrollo de la música que hacia la llegada de la democracia funcionaba como un medio de protesta explícitamente[vii]. La literatura, por su parte, tuvo que adaptarse formalmente para filtrarse por el tamiz de la inspección oficial: nuevos géneros como las “biografías fictivas” que reconoce Marta Morello Frosch (“Biografías fictivas: formas de resistencia y reflexión en la narrativa argentina reciente”), nuevas estructuras narrativas como la de Respiración Artificial de Ricardo Piglia, elisiones y elusiones por doquier. Daniel Balderston profundiza el análisis sobre la construcción del sentido en las novelas de la dictadura e incorpora una nueva categoría: “El significado latente: en Respiración Artificial de Ricardo Piglia y En el corazón de junio de Luis Gusmán”.
La literatura sobre el terror dictatorial continúa estudiándose, sus imágenes y significaciones sobreviven dando lugar a proyectos de investigación como el de Pablo Ansolabehere y Sandra Gasparini, que abordan sus estudios desde el funcionamiento de la matriz gótica del terror. Ansolabehere investiga las ficciones en torno a Nunca Más. Informe de la Comisión Nacional sobre la desaparición de personas[viii] y Gasparini indaga relatos testimoniales sobre centros clandestinos de detención[ix].
La reedición de Eudeba, las reflexiones e investigaciones de la crítica literaria actual sobre la literatura de la dictadura no constituyen en sí mismas una política concreta de la memoria en términos institucionales; ni satisfacen la necesidad de relacionar al sector intelectual con la soberanía del “pueblo”. Sin embargo, pueden leerse desde la construcción de una memoria intelectual de la crítica académica, interesada por un período histórico oscuro y cuyos testimonios culturales fueron silenciados pero aún hoy siguen contando.
[i] Lafforgue, Jorge, “Serie de los dos siglos”, en Ficción y política. La narrativa argentina durante del proceso militar. Buenos Aires: Eudeba, 2014. P. 7
[ii] Parchuc, Juan Pablo, “Narración, memoria y testimonio en la crítica literaria argentina”, enActas de I Jornadas de Historia de la crítica en la Argentina. Disponible en http://filo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/actas_jornadas/cont/main.htm
[iii] Avellaneda, Andrés, Prólogo, en Ficción y política. La narrativa argentina durante del proceso militar. Buenos Aires: Eudeba, 2014. P. 20
[iv] William Foster, David, “Los parámetros de la narrativa argentina durante el 'Proceso de Reorganización Nacional'”, en Ficción y política. La narrativa argentina durante del proceso militar. Buenos Aires: Eudeba, 2014. P. 139
[v] Sarlo, Beatriz, “Política, ideología y figuración literaria”, en Ficción y política. La narrativa argentina durante del proceso militar. Buenos Aires: Eudeba, 2014. P. 62
[vi] Masiello, Francine, “La Argentina durante el Proceso: las múltiples resistencias de la cultura'”, en Ficción y política. La narrativa argentina durante del proceso militar. Buenos Aires: Eudeba, 2014. P. 31
[vii] Ver: Pingitore, Mariano, “Rock y Dictadura. Panorama Histórico-Social. Charly, un caso testigo”, en Puesta en Escena, http://www.puestaenescena.com.ar/musica/2138_rock-y--dictadura--panorama-historico-social.-charly-un-caso-testigo.php
[viii] Ver Ansolabehere, Pablo, “Ficciones del Nunca Más. A propósito de El agua electrizada de C.E. Feiling”, en Pusta en Escena http://www.puestaenescena.com.ar/puesta-en-letra/2136_ficciones-del-nunca-mas-a-proposito-de-el-agua-electrizada-de-c.-e.-feiling.php
[ix] Ver, Gasparini, Sandra, “La memoria en su sitio. Sobre el terror en los Centros Clandestinos de Detención argentinos ”. Disponible en http://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/etl/article/view/1125/1172
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